Por: Yoaxis Marcheco Suárez
¿Y por
qué no luchar, por qué mejor no dejar la vida en la tierra propia tratando de
reconquistarla? La respuesta es difícil de argumentar, de todos modos la escapada
es una señal contundente de que los Cubanos huyen de Castro, no lo quieren,
Desde el año 1959 en que la tragedia comunista arribó a
Cuba a través del engaño y la traición de un hombre y su grupito de seguidores,
muchos cubanos han decidido emigrar, escapar de una situación que desde su
comienzo ha ido empeorando. La Cuba que Fidel Castro tomó en el año 59, la
tacita de oro del Caribe, se convirtió en las manos del dictador en un país en
declive permanente. Cuba es una tierra sin progreso. Los cubanos huyen a
cualquier parte del planeta, por cualquier vía posible, dispuestos a emprender,
a sacudirse la miseria en la que sucumben. Por la cercanía, solo 90 millas al
norte de sus costas, la emigración históricamente se desembocó en mayoría hacia
Miami. De ahí que el mayor número de víctimas del Castro comunismo yace en el
fondo del estrecho de la Florida, los cientos de miles que deslumbrados por las
luces de la libertad quedaron sepultados en esas cortas noventas millas, prefiriendo
la muerte a la revolución socialista.
Tan temprano como el 2 de noviembre de 1966 y reconociendo
la existencia de una férrea dictadura en su vecina Cuba, Estados Unidos promulgó
La Ley de Ajuste Cubano (Cuban Adjustment Act o CAA, Ley Pública 89-732, Ley federal
aprobada por el Congreso de los Estados Unidos y firmada por el presidente Lyndon Johnson), “que aplica a
cualquier nativo o ciudadano de Cuba que haya sido inspeccionado y admitido o liberado en los Estados Unidos después del 1 de enero de 1959;
haya estado físicamente presente en ese país durante al menos un año; o sea
admisible como residente permanente de los Estados Unidos”. (nota tomada
de Enciclopedia Wikipedia). La ley en sus inicios se aplicaba tal y como
expresa, cualquier persona que de forma ilegal saliera de Cuba y llegara a
tierras norteamericanas, aquí se incluía aguas continentales, podia obtener la
tarjeta de residencia permanente un año después.
El tráfico y arribo de cubanos a los Estados Unidos ha sido
imparable desde entonces, varias crisis pusieron en alerta a las autoridades
del norteño país, muy notables la del Puerto del Mariel en 1980, cuando al
menos unos 125 mil cubanos llegaron a Estados Unidos, entre ellos un considerable
número de delincuentes y enfermos mentales que el dictador Castro incluyó en la
marejada, vaciando cárceles y hospitales psiquiátricos para librarse de la ‘lacra
social’, llegaron mezclados buenos y malos, ‘la escoria’, así los llamó el
dictador. Los que emigraron en esta oleada fueron despedidos por sus
coterráneos con actos de repudio, las puertas para el retorno fueron cerradas
entre bombardeos de huevos y consignas comunistas, solo tiempo después cuando
el campo socialista sucumbió y la deficiente economía cubana no pudo depender
más de la ayuda soviética, las puertas volvieron a abrirse y de esta manera se liberaba
la entrada a la moneda dura enemiga hasta ese momento penalizada en la Isla.
La conocida como Crisis de los balseros en 1994, fue otro
de los éxodos significativos, el ‘Período Especial’ que enfrentaba el pueblo y
que no era más que el hundimiento total de la economía sin el soporte soviético,
llevó a los cubanos a la estampida una vez más; en embarcaciones deplorables
salían desde las costas cubanas familias enteras con menores incluidos, sin considerar
las condiciones climáticas, ni lo difícil de la travesía. Muchos no llegaron,
creo que el número en realidad es incontable. La dictadura culpó a la Ley de
Ajuste, según sus argumentos esta propiciaba y estimulaba la salida de los cubanos.
Las dimensiones de la crisis llevó al
gobierno de Bill Clinton a sostener conversaciones con Castro
en el año 1995 de las que resultaría una
importante modificación, se dejarían de admitir a personas interceptadas en
aguas de los Estados Unidos, surgiendo así la política: Pies secos, Pies
mojados. Todo cubano que fuera interceptado sería devuelto a la Isla o llevado
a un tercer país y los que lograran tocar suelo americano, podrían permanecer
en los Estados Unidos y al año y un día aplicar para la residencia permanente
legal.
Pero nada detuvo el flujo de cubanos, ya
fuera atravesando el estrecho de la Florida, usando terceros países, como México
o el peligroso paso por centroamérica, fuera que tomaran un largo vuelo rumbo a
Rusia para luego encaminarse por la Siberia, o usando el pasaporte español, con
el que salían de Cuba como ciudadanos españoles y llegaban a USA declarando ser
simples ciudadanos cubanos con el fin de ampararse bajo la Ley. Paralelo a esto
el sinnúmero de los que salían de la Isla de forma legal, con visas temporales
que usaban como trampolín para llegar y quedarse, o a través de programas como
los sorteos de visas especiales para los cubanos, el de reunificación familiar,
el Programa para Refugiados Políticos por el que más de uno salió a la calle a protestar
contra el sistema solo para anotarse puntos y acumular evidencias y poder ser
aceptados para emigrar a los Estados Unidos. En fin de cuentas la lucha para salir, deslumbrados
por la libertad y el progreso del país del norte, el destino preferido de los
isleños agobiados por la profunda oscuridad del Castrismo.
La Puerta siempre abierta que recibía a cuanto cubano arribaba
a la Florida, ha sido ‘entrecerrada’, solo una hendija de luz ilumina las
noventa millas de agua que separan ambas costas. Aunque permanece vigente la
Ley de Ajuste Cubano, las condiciones para llegar a los Estados Unidos se han
complicado drásticamente, el 12 de enero de 2017,
el presidente Barack Obama anunció
de manera imprevista el cese inmediato de la política de ‘Pies secos, Pies
mojados’, indicando que los inmigrantes cubanos serían tratados igual que los
de otras nacionalidades. La medida se tomó en un acuerdo entre ambos países
firmado también en La Habana ese
mismo día. Raúl Castro calificó
la decisión como: un importante paso en el avance de las relaciones bilaterales;
tras el inicio de estas en 2014, cuando el expresidente norteamericano las
encaminó a través de conversaciones secretas con el actual dictador cubano. El
término de la política se había vuelto previsible y condujo a que el número de
inmigrantes aumentara en el último año de mandato de Obama. El tránsito por centroamérica
se acrecentó, las condiciones de la escapada se tornaron aun más difíciles por
la participación de elementos de muy baja calaña, como los llamados ‘coyotes’,
traficantes de personas, sin aprecio por la vida humana, en las selvas
colombianas quedaron algunos cadáveres cubanos.
El flujo se paralizó por el aumento del
número de emigrantes, provocando otra crisis que aun no termina, los cubanos quedaron
varados en Laredo México, en Costa Rica, Panamá y en casi toda Latinoamérica,
la decisión de Obama fue un letal balde de agua fría para quienes luchaban por
llegar a tierras norteamericanas, muchos han sido deportados para Cuba, otros
permanecen en la búsqueda de refugio, las condiciones en las que viven algunos rayan
en lo inhumano, maltratados por los gobiernos de los países donde permanecen,
temerosos de ser devueltos al infierno del que salieron y donde nada les quedó
porque se deshicieron de sus propiedades y pertenencias para obtener el dinero
necesario para salir. Todo un drama.
La Ley de Ajuste Cubano aún está vigente,
para acogerse a ella, los ciudadanos de la Isla deberán llegar a suelo
norteamericano con una visa temporal, una vez dentro el requisito es permanecer
durante el tiempo especificado, esto claro como ilegales y sin permiso de
trabajo, hasta que puedan aplicar para la residencia. Debido al incidente
ocurrido con diplomáticos norteamericanos en La Habana, en que por causas
extrañas la salud auditiva de estos se afectó, el Presidente Donald Trump eliminó
de manera temporal e indefinida la entrega de visas en la Embajada de USA en La
Habana y retiró casi todo su cuerpo diplomático, los cubanos tendrán que viajar
a Colombia para solicitar visas, curioso, ni lo costoso de la gestión ha
detenido a los que sueñan con el brinco hacia la libertad.
USA se está cerrando para los Cubanos, pero
queda mucho espacio en el resto del mundo y allá adentro en la Isla comunista,
sus habitantes continúan estudiando los posibles terrenos a donde escapar, no
importa lo que cueste, ni la lejanía, el brillo de libertad puede salir de
cualquier lado. ¿Y por qué no luchar, por qué mejor no dejar la vida en la
tierra propia tratando de reconquistarla? La respuesta es difícil de
argumentar, de todos modos la escapada es una señal contundente de que los cubanos
huyen de Castro, no lo quieren, prefieren otros horizontes que la desgracia de
país donde un rey enano y su séquito se mueven a sus anchas. La inmigración
ilegal ha sido como un campo de batalla contra la dictadura, perecer o llegar a
la libertad sigue siendo preferible que quedarse. De esa forma durante 60 años una
porción considerable de pueblo le ha dicho a gritos al mundo que no quiere a
Castro, que escapa de él para ser libre.
Excelente artículo Yoaxis, la libertad es un derecho de todos, pero para lograrla hay que pagar un precio, los cubanos desean esa libertad pero no todos están dispuestos a luchar por ella desde adentro. Romper con los miedos y rescatar la identidad que les han robado, es también una decisión. Jesús dijo que para ser verdaderamente libre tenemos que conocer la verdad. La fe eleva tu espíritu para luchar por lo que amas. Nada será un obstáculo para alcanzar la tan ansiada libertad que desean los cubanos, harán lo que tengan que hacer por salir y pagar lo que tengan que pagar, pero tristemente escapar es la salida a la libertad.
ResponderEliminarGracias Nancy, muy buen comentario.
EliminarTienes razón, Nancy. Los cubanos seguirán haciendo lo impensable por huir de la Isla-cárcel. Y ahí justamente está el centro del problema. Aunque con menos intensidad, todavía prevalece el miedo, el terror al régimen, que lo supo muy bien inocular en la sangre y en la mente del cubano de a pie. Los que huyen olvidan el miedo a los peligros que enfrentarán, mientras los que se quedan tienen atadas las manos y las mentes. Es una situación muy difícil y compleja.
ResponderEliminarY como yo digo, ese éxodo es también un modo de lucha, es decir al mundo entero que los cubanos no quieren a Castro.
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