El Dr Eduardo Cardet
lleva demasiado tiempo injustamente preso (una sola hora ya habría sido
arbitraria- pero lleva casi un año y medio) y no solo no se respetan los
propios “reglamentos” de las cárceles y prisiones cubanas que hubiesen permitido
flexibilizar su situación tan tensa, sino que se le ha sometido a cincunstancias
peligrosas que atentan contra su vida al llevarle a espacios donde reclusos de
alta peligrosidad cumplen órdenes de parte de los carceleros de golpearlo, como
en cualquier momento que lo decidan pueden ordenar asesinarlo. Sumado a todo esto está el hecho de que a este hombre de fe se le niega rotundamente la asistencia espiritual o religiosa, violando así sus derechos y su libertad de religión o creencia, que no debe ser violada ni aun en los casos de delincuentes severos.
De absolutamente nada
han servido hasta ahora declaraciones tan importantes como las de Amnistía
Internacional o de otras organizaciones internacionales. El régimen cubano se
ha reído de ellos y ha mostrado más saña sobre el Dr. Cardet. Es necesario
movilizarse nacional e internacionalmente priorizando la vida de este ser
humano, padre de familia que sufre, y creyente católico excepcional. La sola
vida de este hombre digno vale cualquier esfuerzo que se haga por su libertad. El
Instituto Patmos exhorta a todas las organizaciones de la sociedad civil cubana
a cerrar filas en función de conseguir la libertad inmediata y sin condiciones
de este luchador. Cualesquiera iniciativas en este sentido no estarán de más.
La hora de las tinieblas sobre Cuba se encuentra en su momento más tenebroso y
hombres excepcionales como él pueden ser los mártires en los que se cebe la
dictadura más longeva del hemisferio occidental, pero la causa de Cuba no
necesita más mártires, sino de líderes íntegros como Cardet que nos ayuden a
construir la Patria del mañana. Para ambas empresas, su liberación y
la de Cuba, con Dios contamos, pero Dios también cuenta con nosotros, él no
quiere ni hace nada sino a través de nosotros y necesitamos de la ayuda de todos
ustedes.
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