miércoles, 12 de septiembre de 2012

ESTA TAMBIÉN ES NUESTRA GUERRA

POR: YOAXIS MARCHECO SUÁREZ
Hace varias tardes Santa Clara parecía una ciudad en guerra y literalmente lo estaba, solo que no era una contienda entre humanos, sino de los humanos contra un pequeño insecto que se empecina en hacernos la vida un yogurt, succionando nuestra sangre y para completar su obra destructora, introduciendo un microscópico virus que produce la enfermedad del Dengue, el Aedes Aegypti. Y es que literalmente también, Santa Clara está colmada de mosquitos y entre ellos está burlón y a sus anchas, el Aedes. 

                                  Parque Vidal Santa Clara, en plena fumigacion contra el mosquito

Incontables son los focos localizados en la urbe santaclareña, de nada valen los spots televisivos recomendando romper las latas y los cascarones de huevos, no cabe dudas de que algo más sustancioso falta y que la situación con el pequeño peligroso, se está escapando de las manos de todos. La falta de seriedad en algunas instancias, ya sean superiores o inferiores, impiden que el insecto desparezca y por ende la enfermedad que cada día cobra mayor número de enfermos, no solo en Santa Clara, sino también en otras ciudades del país como, Santiago de Cuba, Camagüey y por supuesto, la super poblada capital. Tanto es así que los trabajadores sanitarios de la campaña contra el dengue se quejan de que muchos ciudadanos no abren sus puertas para facilitar su trabajo de pesquisaje y saneamiento; mientras que muchos vecinos aseguran que son los mosquiteros quienes incumplen con su labor al no entrar hasta lo más profundo de las casas y hacer solo una somera observación o conformarse con el informe de los dueños. Eso sin tocar el tema de los productos químicos que se usan para matar al mosquito, muchas veces caducados, como ocurrió hace unos días en Santa Clara, según queja de lector publicada en periódico local de la provincia: Vanguardia.
En mi opinión la insalubridad en las ciudades cubanas crece por día: aumentan los desagües, los sumideros, la acumulación de aguas albañales, los escombros de derrumbes, la alta contaminación de ríos que atraviesan las zonas urbanas a causa de los vertederos de deshechos, acumulación de basureros en aceras y calles, poca higiene en establecimientos públicos y estatales _sobre todo del sector de la gastronomía y dentro de este los que expenden alimentos en moneda nacional_, incapacidad de los trabajadores de comunales de mantener suficientemente limpios los barrios suburbanos, ya sea por déficit de obreros o por carencia de productos y enseres de limpieza, la falta de vehículos para recoger la basura, e infinidad de razones más.
El hecho objetivo es que el mosquito causante del dengue hemorrágico está conviviendo con nosotros y es hueso duro de roer. Es labor de todos erradicarlo, y espero que por la frase anterior nadie me vaya a tildar de comunista o de izquierdista. Porque al final a este insecto le importa un bledo de qué lado político usted milita o cuál es su tendencia ideológica, lo va a picar igual y de igual manera lo va a enfermar, él es totalmente neutro en estos asuntos tan humanos. A la sociedad civil le corresponde combatir a este enemigo de todos, concientizando al pueblo de la importancia de la higiene individual y colectiva, demostrando al vecino con nuestros actos que sí se puede adquirir cultura de saneamiento ambiental, aun bajo los dardos de una dictadura que lo ha sumido en la pobreza y en la carencia de recursos y medios para mantenerla. Informando a nuestros conciudadanos acerca de la verdadera situación en la que se encuentra el país respecto al dengue, y al final dejándoles en claro que luchando contra el régimen, también luchamos por una Cuba mejor, por una existencia más digna, y por qué no, por un país libre del Aedes Aegypti.

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