Que nadie se engañe o se deje engañar, el régimen totalitario de los Castro, impuesto a la isla de Cuba en la ya lejana fecha del primero de enero de 1959, no tiene, ni tendrá la más mínima intención de cambiar, de reconocer o de superar sus serios problemas con respecto a temas puntuales como: el respeto a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, o lo que es lo mismo, la concesión a los cubanos de libertades básicas como, poder postularse y elegir libremente en urnas electorales; expresar un criterio sobre temas políticos que apunten de manera crítica a las perpetuadas por ellos mismos, "figuras históricas del proceso revolucionario"; libertades económicas que faciliten a todos los cubanos, fuera o dentro de la isla, invertir y llevar a cabo negocios que puedan levantar sustancialmente la maltrecha y para nada querida economía socialista; acceder con plena libertad a los medios informativos, implementado la práctica de la libre opinión, o la prensa libre; permitiendo que los cubanos sean verdaderamente libres para elegir en qué y cómo creer, o cómo organizarse, o con quièn reunirse; o dejándole al arte en todas sus expresiones la libertad que este necesita para subsistir y ser útil a la sociedad en la que se inspira y de la que nace.
Pero, como decía, el régimen de Cuba no muestra interés en abrir espacios sustanciales a la libertad del pueblo que durante casi seis décadas mantiene bajo su yugo autoritario; por esa razón siempre tendrá tras las rejas a alguien por motivos políticos. El régimen de la Habana no respeta la diversidad política e ideológica, según él, todos los cubanos tenemos que ser comunistas o "revolucionarios". Como esto es realmente imposible, entonces siempre habrá alguien que exprese lo que siente y como piensa, y claro correrá el riesgo de terminar tras las rejas. En este momento están en esta condición los artistas y activistas en pro de los Derechos Humanos, el escritor Angel Santiesteban Prats, el grafitero Danilo Maldonado (El Sexto), pendiente a juicio y la artista de la plástica Tania Bruguera, quien también se encuentra en un limbo legal. Ese es el régimen que desgobierna a Cuba y ese desgobierno ha expresado claramente su determinación de no cambiar, por lo que quienes queremos una patria diferente, un país que disfrute de los derechos más elementales, sabemos que esto no será posible mientras sean los dictadores actuales quienes ostenten la silla de poder. Denunciemos arbitrariedades como esta y alcemos nuestra voz en contra de una dictadura demasiado larga y empecinada en sobrevivir a toda costa. Al final será nuestra constancia, nuestra madurez y seriedad en la lucha, nuestra honestidad hacia al pueblo _la principal víctima del funesto sistema Castro-comunista_, y nuestra visión política y propuesta de futuro, lo que nos llevará a conquistar el cambio real y radical y la tan esperada transición hacia la democracia.
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Pero, como decía, el régimen de Cuba no muestra interés en abrir espacios sustanciales a la libertad del pueblo que durante casi seis décadas mantiene bajo su yugo autoritario; por esa razón siempre tendrá tras las rejas a alguien por motivos políticos. El régimen de la Habana no respeta la diversidad política e ideológica, según él, todos los cubanos tenemos que ser comunistas o "revolucionarios". Como esto es realmente imposible, entonces siempre habrá alguien que exprese lo que siente y como piensa, y claro correrá el riesgo de terminar tras las rejas. En este momento están en esta condición los artistas y activistas en pro de los Derechos Humanos, el escritor Angel Santiesteban Prats, el grafitero Danilo Maldonado (El Sexto), pendiente a juicio y la artista de la plástica Tania Bruguera, quien también se encuentra en un limbo legal. Ese es el régimen que desgobierna a Cuba y ese desgobierno ha expresado claramente su determinación de no cambiar, por lo que quienes queremos una patria diferente, un país que disfrute de los derechos más elementales, sabemos que esto no será posible mientras sean los dictadores actuales quienes ostenten la silla de poder. Denunciemos arbitrariedades como esta y alcemos nuestra voz en contra de una dictadura demasiado larga y empecinada en sobrevivir a toda costa. Al final será nuestra constancia, nuestra madurez y seriedad en la lucha, nuestra honestidad hacia al pueblo _la principal víctima del funesto sistema Castro-comunista_, y nuestra visión política y propuesta de futuro, lo que nos llevará a conquistar el cambio real y radical y la tan esperada transición hacia la democracia.
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